Situada al norte de la península italiana, Emilia Romañana se ubica entre el río Po y los montes Apeninos de esta forma, y contando con una larga costa, se trata de una rica y variada región que ofrece una gran diversidad paisajística. Emilia Romaña se caracteriza por sus tierras fértiles y productivas. De igual forma, la inestimable influencia del mar Adriático mantiene la suavidad del clima en las zonas cercanas a la costa permitiendo una temperatura agradable para el disfrute de las playas, los pueblos y la naturaleza, así como el arte y la rica cultura del lugar.

Naturaleza de mar y montaña

Los aficionados a las actividades en entornos naturales están de suerte en Emilia Romana, ya que la ribera ofrece una de las playas más largas de toda Europa en la cual se puede disfrutar de unas completas equipaciones destinadas a los deportes al aire libre y las actividades de ocio. El turismo de relax combinado con la diversión sana se encuentran en localidades como Riccione, Rímini o Cattolica. Numerosos Parques Nacionales, otros regionales y hasta once reservas también de carácter regional, hacen un total de 27 espacios naturales protegidos de gran interés turístico y paisajístico que hacen las delicias de un gran número de visitantes cada año. En estos entornos incomparables es posible disfrutar de paseos en bicicleta, senderismo, kayak o incluso realizar itinerarios a caballo.

Relajación para la salud del cuerpo y la mente

Descansar en las playas de Emilia Romana o despejar la mente entre el verde de sus entornos de montaña permite olvidar los problemas y reponer fuerzas para enfrentar la vida desde una perspectiva renovada. Pero para profundizar en este turismo de relajación y lucha contra el estrés, en localidades como Castrocaro, Baño de Romaña, Porretta, Tabiano o Salsomaggiore se encuentran numerosas termas que ofrecen tratamientos regenerativos y terapéuticos para luchar contra diversas dolencias o simplemente disfrutar del placer y la tranquilidad.

Arte e historia

Las manifestaciones de la cultura y la historia dan una idea del paso del tiempo y el avance de las civilizaciones que han poblado la zona de Emilia Romaña. Algunos de los ejemplos más destacados son las construcciones religiosas como la basílica de San Petronio en Bolonia o la catedral de estilo románico en Módena. No menos importantes son las ciudades de Ferrara y Rávena, ambas declaradas por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad.